La manzana se hizo famosa por ser el fruto prohibido, que condujo a Eva a su perdición. Hoy en día, su imagen ha cambiado. Es nuestro mejor aliado a la hora de perder peso y de hacer ejercicio. De hecho, una manzana media de 150 gramos aporta entre 60 y 75 calorías. Aporta además una sensación de saciedad, lo que nos impide picar entre comidas y consumir demasiadas calorías.
Gracias a su alto contenido en fibra, la manzana obstaculiza la absorción de azúcar en la sangre, permitiendo estabilizar el nivel de glucemia y bajar el nivel de colesterol malo. Tanto la fructosa como lo carbohidratos que contiene la manzana permiten mantener una buena actividad física y, también, calmar la sed después de realizar un esfuerzo, ya que está compuesta por un 85% de agua.
Para aprovecharla al máximo, no se debe retirar su piel, dado que contiene numerosas vitaminas y sales minerales como el potasio, el magnesio o el fósforo, entre otros. Rica en antioxidantes, activa además el sistema inmunológico y protege la piel del estrés y la fatiga.
Por lo tanto, la manzana se ha convertido en un elemento indispensable en nuestra rutina. Además, se trata de una fruta muy práctica ya que nos la podemos llevar a cualquier lado.
Y tú, ¿A qué te esperas para comerla?